El programa reúne obras que manifiestan una mirada atenta y afectiva ante las tensiones de nuestro tiempo, proponiendo una reflexión profunda sobre el presente. Cada película invita a explorar zonas difíciles de la vida cotidiana: la necesidad de conexión con lo natural y lo humano, la crueldad, el dolor, la incomodidad y el deseo.
Tratados sin tiempo despliega una temporalidad hecha de interrupciones, repeticiones y resonancias. En estas películas, el tiempo deja de ser una simple secuencia para volverse materia viva: respira, se expande y se transforma. La percepción se desajusta y nos invita a experimentar el pulso, la espera y la vibración como territorios donde lo cotidiano se revela frágil y mutable.
Las obras provienen de contextos geográficos y culturales diversos, pero encuentran en sus divergencias un terreno común: la búsqueda de una materialidad sensible. A través de la densidad del grano fílmico, la rugosidad del video analógico, la transparencia del registro digital, la animación manual y computarizada, materiales de archivo o registros actuales, junto al universo sonoro —del estruendo al susurro, del silencio a la voz—, se construyen paisajes que dialogan, se contraponen y se entrelazan.
El recorrido por las películas que conforman el programa nos transporta a distintos estados de ánimo: la intensidad, la calma, el vértigo, la contemplación. Un viaje sensorial y poético que abre posibilidades para imaginar otros modos de estar en el mundo. Acompañar esta propuesta es una experiencia intensa y necesaria: una invitación a escuchar y mirar el presente como una materia viva, porosa y en permanente mutación.
Luciana Zurita y Silvana Camors, Programadoras PDE






